20 de mayo de 2013

VEINTE DE CINCUENTA Y DOS

El domingo por la mañana aprovechando que nos visitaban abu y yaya y que parecía que el tiempo quería darnos una tregua, nos fuimos a darnos un paseito por el Oviedo antiguo.

Al llegar a la escandalera nos encontramos con un grupo de gaiteros y los niños quisieron pararse a escucharlos, así que buscamos un sitio donde acomodarnos y escuchar.

La cara de concentración de Izan era genial, parecía que estuviese enfadado, incluso había momentos que hasta fruncía el ceño.






De camino a la catedral, más grupos de gaitas.

 



Y después de tanto concierto y antes de volver a casa, tocaba reponer fuerzas con una buena sidra.




Y es que algo bueno tenían que tener los domingos.





1 comentario: