SEISCIENTOS SIETE

Seiscientos siete días hace ya que empecé con mi proyecto fotográfico. Centena de fotos y de momentos congelados  esperando ver la luz algún día,  mientras tanto, se acumulan en mi disco duro junto con unas cuantas telarañas.

Al principio era sólo unas poquitas, pero como siga así, veo que se me echan las navidades encima y yo aun con fotos del verano en el blog.

El post de hoy es uno de esos con muchas fotos y poca letra porque sino va a ser imposible ponerme al día, así que ahí van, todas juntitas, de la 35 a la 39:

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TREINTA Y CUATRO DE CINCUENTA Y DOS

Y pasar la tarde en ellos, jugando, corriendo, saltando y disfrutando del atardecer de esas tardes de agosto, donde aun  huele a veranito y la luz inunda todo de una forma mágica.

TREINTA Y TRES DE CINCUENTA Y DOS

¿Que ocurre cuando juntamos a tres niños, con una caja de cartón y unos cuantos rotuladores?. Pues que el patio de la yaya se convierte en un taller, donde tres pequeños ingenieros disfrutan construyendo una avión que les lleve a vivir la mejor de las aventuras.