2 de abril de 2013

TRECE DE CINCUENTA Y DOS (primera parte)

Este año y por tercero consecutivo, Candela no pudo salir con su hermandad a "procesionar" por las calles de Rioseco. Después de un jueves mirando continuamente al cielo, las lluvias hicieron su aparición y El Nazareno de Santiago, se quedó de nuevo a las puertas de la iglesia. Mi pequeña nazarena también se quedó a las puertas, pero ella es optimista y asegura toda convincente, que el año que viene si que salen. Bueno, eso es lo que esperamos todos.

A falta de fotos de la procesión os dejo las que le hice a Candela mientras le colocaban la mantilla.  La verdad que la pobre se portó genial, porque anda que no da lata colocarla.

Otro día os cuento la cantidad de cosas que hicimos en los cuatro días que estuvimos allí, porque vinieron el primo y los tios y lo pasamos genial. Una pena que ya se hayan acabado las vacaciones, pero bueno, voy a ser yo también optimista y pensar que el verano está a la vuelta de la esquina y que pronto podremos volver a vernos.



Izan también quería salir en la procesión, pero vestido de lobo y eso es un problema, porque de momento no hay ninguna hermandad que lo permita, así que no hay fotos del makin off. En fin, esperaremos al año que viene, que oye, a lo mejor se inventan la hermanda de nuestra santísima caperucita roja, y también el puede procesionar. Quien sabe. El caso es que no llueva, verdad?.

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