Cuando dicen que el tiempo vuela, se equivocan, no vuela, se esfuma, pasa tan deprisa que no nos damos ni cuenta. Un día tras otro, y así van pasando las semanas, los meses y los años. Es cuando echamos la vista atrás, cuando realmente nos damos cuenta de que se escapa, se cuela por el sumidero y es imposible recuperarlo.
Así me encuentro yo ahora, un poco en estado de semi-shock, como es posible que hayan pasado siete años? es como si me hubiese teletransportado.
Recuerdo al detalle ese 14 de Noviembre, desde que ingresé a las ocho de la mañana hasta que nació Candela a las diez y cuarto de la noche, si me concentro puedo recordar hasta el olor de la habitación. La vuelta a casa, las noches sin dormir, la primera papilla, cuando comenzó a gatear,... lo recuerdo todo como si hubiese sido ayer, y ya veis, ahora mide casi 1,35 cm y está deseando que le crezca el pie para ponerse los tacones de su abuela.
Este año el 14 de Noviembre caía de jueves, así que lo celebramos los cuatro juntos en casa con una cena especial. La cumpleañera quería perritos calientes de menú, y cenamos en el salón, como hacemos cada vez que celebramos algo. Hubo regalos y pastel de cumpleaños.
Al día siguiente lo celebramos con los amiguitos del cole. Lo pasaron de cine aunque como salen un montón de niños no voy a publicar las fotos, esas me las guardo para su álbum pero a quien si que os voy a enseñar es a Izan, que no se con que disfrutó más sin con el parque de bolas que había o con el puzzle en forma de balón que les regalaron, le encantan los puzzles!!!!.
No hay comentarios:
Publicar un comentario