El domingo por la mañana aprovechando que nos visitaban abu y yaya y que parecía que el tiempo quería darnos una tregua, nos fuimos a darnos un paseito por el Oviedo antiguo.
Al llegar a la escandalera nos encontramos con un grupo de gaiteros y los niños quisieron pararse a escucharlos, así que buscamos un sitio donde acomodarnos y escuchar.
![]() |
La cara de concentración de Izan era genial, parecía que estuviese enfadado, incluso había momentos que hasta fruncía el ceño. |
De camino a la catedral, más grupos de gaitas.
Y después de tanto concierto y antes de volver a casa, tocaba reponer fuerzas con una buena sidra.
Y es que algo bueno tenían que tener los domingos.
Que chií! Que buen plan!
ResponderEliminar